Vale Todo en Popayán (Round 5)

(Crónica a 5 rounds)

La lucha entera se da sobre el tacami, en el suelo. Cada que estás sobre tu contrincante el público rebulle, levantado de sus sillas. El forcejeo te roba el aliento y tu respiración es más fuerte y desacompasada. El segundo round pasó en un parpadeo y ya en tu esquina empiezan a dolerte los pómulos. La boca te sabe a sangre: los golpes cortos, aunque pocos, te están dañando. Bebes agua y miras a tu contrincante. Parece completa y eso te enoja. Sale la chica en minifalda con el letrero del tercer y último round. Algo te dice tu padre, aunque nada más le ves mover los labios. Sales de frente contra ella y en el primer embiste caen ambas, pesadas, directo al suelo.

“Duro, Sandra. Resiste, Sandra. Dale, voltíala, Sandra…” Los gritos del público son indistinguibles en medio del combate, pronto a definirse. Los intentos de tu contrincante para someterte no han disminuido, aún cuando el cansancio invade los músculos. Estando ella encima, aprieta muy fuerte, y busca abrir su puño entre tus brazos, contra tu cara. Tú te revuelves para impedírselo y le das golpes cortos a sus costillas. El pito resuena. El round acaba como el flash de las cámaras.

El turno arriba del contrincante rotó varias veces. Quizá más para tu rival, no estás segura. Es hora que decidan los jueces, que solicitan a las peleadoras en el centro del tacami. El réferi sostiene abajo un brazo tuyo y uno a tu contrincante. El animador anuncia, uno por uno, los puntajes que anotaron los tres jueces. Ves a tu rival más completa, así que casi con displicencia esperas el resultado. Finalmente, tu brazo queda abajo y el de ella sube triunfante. Te retiras en medio de aplausos y felicitaciones al camerino improvisado.



Ahora, en menos de cinco minutos, vistes de nuevo el gabán de botones blancos. Dices que quieres ver la pelea de Diego Mauna. Un morado crece sobre tu pómulo derecho, pero apenas lo percibes. Eso sí, te arde mucho la boca y tus trenzas están llenas de mechones sueltos. Te sientas sobre el banco del camerino y te colocas los tacones. Ya has vuelto a la tranquilidad que mantuviste durante el día. Piensas que te aceleraste mucho, que no escuchaste a tu padre y no analizaste a tu rival. Tu temperamento se salió de las manos. Pero todo es una nueva experiencia, dices, y tu papá no reprocha nada. Si alguien te preguntara, y ahora qué sigue, contestarías, con simpleza: entrenar más duro. Te prepararás mejor para el próximo evento. Porque la pelea, para ti, aún no se acaba.


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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Ayyy no, me imaginé un final feliz, pero bueno...la vida no es color de rosa como nos la pintan cuando somos pequeños. Por lo menos, ella acepta la realidad con madurez y se aferra a que entrenando más duro, "será pa' la próxima".

Viviana Delgado.
Andrés Rojas ha dicho que…
Gracias, por el comentario, señorita.
Yulieth G. ha dicho que…
Tus personajes y tú tienen un talento increíble!..Buen trabajo!..me gustó!
Andrés Rojas ha dicho que…
¡Gracielas!
Yulieth G. ha dicho que…
Me has incitado a la lectura..Espero la próxima crónica..Caballero, que buena pagina!
Porqueno? ha dicho que…
bien chino
Anónimo ha dicho que…
Excelente final, la cronica me atrapo, y la espera por cada round mas aun.
Felicitaciones!!!!

Att: Admiradora

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