Elecciones del Domingo, Corrección

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Pues sí, corrección ad hoc, porque el artículo anterior, Elecciones de Domingo, es maniqueísta y abandera algunos argumentos que son simple repetición de repetidora. Pura lora.

Lo primero es la sensación polarizada que deja. Parece revivir tiempos de rojos contra azules. En este caso de verdes contra U mayúsculas. Como si las propuestas de campaña fueran de extremos radicalmente opuestos. Y a decir verdad estas campañas no se contraponen, inclusive tienen varios argumentos en común, sobre todo en materia económica (continúan el modelo neoliberal, contrario a Petro, que propone el socialismo a lo Bachelet) y en materia social (dar empleo para los jóvenes, apoyo al pequeño agricultor). Además el anterior artículo, aunque se justifica en aras de la brevedad, pasa de largo a los otros candidatos que son opciones vivas y en su mayoría con posibilidades de llegada a segunda vuelta.

En cuanto a los argumentos puestos como copy-paste de otros medios son: asociar directamente a Juan Manuel Santos con los falsos positivos e imponerle el inri de que si llega al poder desatará de inmediato la guerra contra Venezuela.

Los falsos positivos se deben a la presión que ejercen las políticas militares sobre sus miembros. Pues a ellos se les valora el desempeño según la cantidad de Positivos que logren en el año. Entiendase positivo como incautación de material bélico, narcóticos, desactivación de explosivos, capturas y bajas del enemigo en combate. Estos positivos le facilitan el ascenso a oficiales, suboficiales y rasos del ejército. También les proporcionan estabilidad de ubicación, es decir, que no los trasladen cada seis meses. Si bien los beneficios laborales de las brigadas del ejército no justifican el acto de matar campesinos y jóvenes, vestirlos de guerrilleros y hacerlos pasar como bajas de combate, la presión por los resultados que se impone es la principal fuente de estos vejámenes contra los derechos humanos. Además, si el conflicto ha disminuido en el país, sería justo que la demanda de Positivos en las fuerzas armadas disminuyeran, pero se mantienen y van en alza con el tiempo.

En cuanto la posición guerrerista de Santos, por ahora es falsa. Muy bien se sabe que el hombre ha tratado de guardar compostura frente a la verborragia ofensiva de Hugo Chavez.

Sí, al pan, pan, y al vino, vino. No obstante, sigo con Mockus. Por su fórmula vicepresidencial y algunas de sus propuestas, como la educación y el abanderamiento de la legalidad como principio. Ya hemos visto la enorme bola de corruptos que nos deja el gobierno de turno y ahora debemos corregir esa rosca, esa mafia al interior de las instituciones que le desangran capital al estado. Con la administración de Mockus quizá se logre. Bajo el mando de Santos será imposible ponerle stop a la descomposición de la gestión pública, pues el man está rodeado de los que permitieron el resquebrajamiento y la expansión de esta ignominia con los recursos públicos. En otras palabras, el equipo de gobierno de Santos, con tanta afinidad y cercanía a los políticos tradicionales, están lejos de provocar una mejoría en materia de corrupción. ¿Y cómo funcionan los mecanismos del Estado si están llenos de mugre que obstruye, de garrapatas que succionan dinero y de ciegos por conveniencia que no denuncian?