De pastel y velitas

Siempre me ha costado entender los cumpleaños. A la vigésimo tercera pude concretar qué eran para mí, de manera exacta y seca: la Tierra ha dado un nuevo giro alrededor del sol (definición que no gustaba mucho a aquellos efusivos amigos platónicos, pletóricos de ilusiones, que me preguntaban millones de cosas porque "hoy es una nueva etapa, un nuevo comienzo, pide un deseo, cuáles son tus planes", y yo simplemente agradecía y los miraba con dos puntos inexpresivos en la cara). Pero...

Hoy es diferente: después de tantos años con un sentimiento de rareza en estas fechas, sobre todo después que un payaso me hiciera "descalabrar" en mi cumpleaños número cuatro, día en que empecé a tener conciencia de vida con un chichón en la cabeza, ha cambiado mi recibimiento a este rito cultural, de manera más alegre. No sé por qué. Los años, seguro. El caso es que siempre aceptaba los regalos y las fiestas, y el trago -ya más grande, claro- pero el rito me pasaba como aceite frío por la garganta... Mis amigos lo saben. Y no era cuestión de edad. Era cuestión de incomprensión honda de esta rutina anual. 


Sin embargo, hoy tomo esta tradición del homenaje a la vida con alegría sobria. Me encanta esta pequeña oportunidad que se da la gente para manifestarme su cariño, para recordarme, para reírse conmigo, para darme decenas de millones de pesos y viajes a San Petesburgo, Viena, Roma, Tokyo, Ciudad de México (ojalá, ojalá). Pienso que mañana, al igual que hoy, o cualquier otra fecha, será un día maravilloso. Este 19 de septiembre solo se agranda porque mi cultura me resalta en colores vivos la fecha de mi nacimiento. ¡Cumpleaños feliz pa mí! Agradezco mucho ese nuevo giro de la Tierra alrededor del sol. Bendiciones para todos.

Comentarios

Piry ha dicho que…
Excelentes palabras...siempre he pensado que te equivocaste de carrera!

Entradas populares