Los Homosexuales son la Vergüenza...

¡Los homosexuales son la vergüenza de la iglesia! Las lesbianas, los maricas, incluso los afeminados, son unos pecadores indignos de dios. Eso nos dicen los magos del Opus Dei. Y como crecimos y nos educamos bajo tutela del catolicismo, muchos se tragaron el discurso de los curas sin masticarlo siquiera. Lo cómico es que, ¿qué tanto puede saber de sexo un cura que a duras penas se desvirgó antes de ordenarse...? Aprender de sexualidad en teoría no es de mucha ayuda.

El caso es que con la educación bajo el foco del divino niño Jesús y los ángeles –que por cierto son creaciones del altísimo y no tienen sexo definido-, ser homosexual es completamente antinatural, ¡es un pecado gravísimo! Es más, en algunos pasajes bíblicos los condenan a no recibir el reino de Dios. Deben mantener muertos del miedo los pobres.

Lo peor es la sugerencia que hace la iglesia: que si usted tiene tendencias homosexuales o bisexuales, absténgase, no haga nada, sacrifíquese. Y en el caso de la sociedad, practíquelo en casa, no se deje ver de nadie, porque es muy malo ser homosexual, ¿no?

Te venden que homosexualismo equivale a SIDA, que homosexualismo es la extinción de la raza, que homosexualismo equivale a dañar la típica unidad familiar (papá-mamá-hijos), que homosexualismo equivale a promiscuidad. Respecto a ésta, dicen que los gay organizan unas orgías descomunales, que recrean los tiempos de Sodoma; nosotros los heterosexuales vemos muy mal eso, claro, porque no organizamos nuestras propias orgías. Nos carcome la envidia y además vemos mucho porno. No siempre es así. Algunos gay también tienen relaciones monógamas y estables. Y supongo que no son una cosa marciana: aman, sufren, se estrellan y retoman. Hasta pelearán porque alguno no contestó el celular, o porque se dejó pillar mientras le miraba lascivamente el paquete a otro man.

Lo que motiva los ataques discriminatorios es esa moral chimba que nos inculcaron. Y porque, por lo general, cuando vemos a una minoría diferente, transpiramos superioridad. Los homofóbicos, por ejemplo, se han de sentir más viriles y respetables; porque tampoco olvidemos que la cultura inculca valores machistas. Afortunadamente la cultura va aprendiendo de sus errores.

Ahora, no se trata de hacerles oda a los homosexuales, porque dejaríamos de tratarlos como lo que son: seres humanos. Poseen el mismo entramado de cualidades y defectos que lleva cualquiera. Es más, me parece ofensivo darles un rótulo, sea homosexual, gay o marica, pues nadie tiene porqué llevar un letrero en la frente que indique su sexualidad. Pero bueno, estamos en el planeta tierra: acá todo lleva nombre. Lo importante es no olvidar lo que se nombra como espacio vital del otro.

Lo que no puedo entender es por qué carajo los homosexuales buscan el matrimonio. ¿Para qué necesitan casarse los homosexuales? Si toda la vida se han casado y han hecho muy felices a sus mujeres... Es broma, yo estoy a favor de las bodas homosexuales, pero en contra de los divorcios homosexuales. ¡Que se jodan los gays!

Para cerrar, y ya en serio, solemne, habrá que esperar a que quienes discriminan piensen por sí mismos. Que se formen un criterio propio, encajándolo a esta realidad, donde no podemos estar dándonos en la jeta por insignificancias. Por lo pronto, pues lo que se pide es trato justo y tolerancia para todo gay o persona diferente de nosotros.

Dibujos:
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