Mirá en la que nos metimos

Aún insisten en el tema de moda, reformar la constitución. Esta vez para aplicar cadena perpetúa a violadores de niños e infanticidas. Y la mayoría de ciudadanos aún tocados por el drama del niño Lozano, llevado a la conmoción por los noticieros, no se detienen siquiera un segundo cuando van a firmar las listas. Pa dónde irá Vicente…

El caso del niño Lozano es horripilante, sí. Los derechos de los niños prevalecen sobre los de los demás, también. La estadística sólo deja ver sus pantorrillas, porque falda arriba se esconden calamidades mayores, cómo no. Sin embargo los concejales, representantes y congresistas proponentes toman la vía fácil y además se les olvida que en Colombia ya existe cadena perpetua. A ver, una persona de 18 años condenada a 60 años de cárcel (pena máxima en Colombia) ¿Acaso no es toda una vida? Argumentan que de este modo se enviará una señal de cero tolerancia a los violadores y esto conducirá a disminuir la estadística. Pero la experiencia de los países que aplican la cadena perpetua demuestra que este elemento no es disuasivo. Y francamente aplicarlo en Colombia resulta inútil, pues la impunidad aquí tiene un pie de página extenso y en mayúsculas.

En este caso la emotividad nos tiene ciegos y obedientes como borregos. Y pasamos de largo una cuestión: ¿Acaso eso de guillotinar o exiliar de por vida al asesino no era una práctica de la edad media? Meditémoslo, en la práctica la cadena perpetua también es una pena capital.

En el ámbito jurídico, establecer este tipo de condena sería violar el Pacto de San José, un tratado internacional que firmó Colombia. Y tratados internacionales tienen prioridad sobre la constitución. Recordemos, además, que en el país la legislación dice algo y en la aplicación suceden cosas tan insólitas como que un asesino tan sólo pague dos años de prisión. Mejor porqué no abolir los beneficios y rebajas para estos sujetos de tal manera que la pena aplicada sea la máxima, porqué no mejorar los mecanismos de investigación, fomentar campañas para mejorar el compromiso con la denuncia de estos casos, realizar un tratamiento psicológico al condenado, y así paramos eso de modificar la constitución como si se tratara de una pancarta llena de tonterías escritas en papel higiénico. Seguramente para los concejales, representantes y congresistas es más fácil darse una ventiladita humanitaria con este proyecto tan altruista y no lidiar casos estadísticos más graves (Adjunto Estadísticas).

Ahora, consideremos cierto eso de que los niños son ícono de inocencia y de futuro. De igual manera recordemos que esa inocencia es efímera pues están en una etapa de transición y formación. Notaremos que así como Gandhi, Luther King o Einstein fueron niños, también lo fueron hijos de puta como Hitler, Pinochet, Radovan Karadzic, Garavito, los Somoza… No permitamos que nos propongan reformas serias con argumentaciones cursis y sensibleras.

Por último, les doy un caso ejemplar para demostrar la efectividad de la justicia, la encargada de aplicar dicho castigo. Después del carro bomba del 31 de julio de 2006 cerca de la escuela militar de cadetes, con la algarabía que se despertó en los medios por “la posible oleada de atentados terroristas de las FARC”, decía Juan Manuel Santos, fueron capturados 140 presuntos terroristas en Quinchía, Cundinamarca. Después la opinión pública se enteró que lamentablemente esos acontecimientos eran Falsos Positivos realizados por miembros del ejército y la policía. Sólo dos años después estas personas recuperaron la libertad: eran inocentes. Y el errorcito de la justicia le generó al Estado una demanda por 40.000 millones de pesos. Que, por supuesto, pagamos nosotros los ciudadanos.

Y si se aprueba la cadena perpetua, con seguridad en algún tiempo se extenderá a otros delitos. ¿Estaría usted dispuesto permitir la cadena perpetua, en un país con mecanismos tan irregulares de investigación, donde los juzgados mantienen saturados de procesos y rinden un 51% por estadística, donde por vencimiento de términos quedan impunes casos tan o más abominables como el del niño Lozano? ¿Y qué será de las madres a las que la ley les permite abortar? Quedaran en una encrucijada: Cadena perpetua o riesgos de salud o trabajo forzado o crianza del vástago del violador. Mirá en la que nos metimos.

Estadísticas

• 15.000 niños y niñas mueren cada año por enfermedades prevenibles (Procuraduría).
• 1’000.000 de niños se cuentan entre los desplazados (Codhes)
• 2’500.000 niños y niñas trabajan en condiciones no autorizadas. Minería por ejemplo (DANE)
• 30.000 niños explotados sexualmente (Fiscalía)
• 200 niños y niñas abandonados en Bogotá (Alcaldía)
• Entre 6.000 y 11.000 menores reclutados por grupos armados ilegales.
• 15.353…54…55 casos de violencia sexual con menores de 18 años.
• Bienestar familiar atiende a 100.000 niños.