La curiosidad de Pessoa
123.
Siento curiosidad por todos, avidez de todo, voracidad de la idea de todas las ideas. Me pesa como la pérdida * de la noción de que no todo puede ser visto, ni todo leído, ni todo pensado...
Pero no veo con atención, ni leo dándole importancia a lo que leo, ni pienso con continuidad. Soy en todo un diletante intenso y frustrado. Mi alma es demasiado débil como para tener ni tan sólo la fuerza de su propio entusiasmo. Estoy hecho de las ruinas de lo inacabado y sería un paisaje de desistencias lo que mejor definiría mi ser.
Divago, si me concentro; todo en mí es incierto y decorativo, como un espectáculo en medio de la bruma.
Que Don Sebastián llegue entre la niebla no desdice de la historia. Toda la historia va y viene entre la niebla, y las mayores batallas que se cuentan, las mayores pompas, las más grandes conquistas no son sino espectáculos entre la bruma, cortejos en la distancia del crepúsculo y el apagamiento.
Libro del desasosiego. Fernando Pessoa
Siento curiosidad por todos, avidez de todo, voracidad de la idea de todas las ideas. Me pesa como la pérdida * de la noción de que no todo puede ser visto, ni todo leído, ni todo pensado...
Pero no veo con atención, ni leo dándole importancia a lo que leo, ni pienso con continuidad. Soy en todo un diletante intenso y frustrado. Mi alma es demasiado débil como para tener ni tan sólo la fuerza de su propio entusiasmo. Estoy hecho de las ruinas de lo inacabado y sería un paisaje de desistencias lo que mejor definiría mi ser.
Divago, si me concentro; todo en mí es incierto y decorativo, como un espectáculo en medio de la bruma.
Que Don Sebastián llegue entre la niebla no desdice de la historia. Toda la historia va y viene entre la niebla, y las mayores batallas que se cuentan, las mayores pompas, las más grandes conquistas no son sino espectáculos entre la bruma, cortejos en la distancia del crepúsculo y el apagamiento.
Libro del desasosiego. Fernando Pessoa
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