La paradoja de ser un artista profesional

Y Peter se quedó mirándola. Dijo:


—Pues ¿qué sentido tiene pintar algo que no amas? 

Lo que ella amaba, le dijo Misty, nunca se vendería. La gente no lo compraría.

Y Peter dijo:

—Tal vez te sorprenderías.


Aquella era la teoría de Peter sobre la expresión personal. Sobre la paradoja de ser un artista profesional. El hecho de que nos pasamos la vida intentando expresarnos bien pero no tenemos nada que decir. Queremos que la creatividad sea un sistema de causa y efecto. Resultados. Producto vendible. Queremos que la dedicación y la disciplina equivalgan al reconocimiento y la recompensa. Entramos en la rutina de la facultad de bellas artes, de nuestro programa de posgrado, y practicamos, practicamos, practicamos. No tenemos nada que documentar con nuestras excelentes habilidades. De acuerdo con Peter, nada nos cabrea más que el hecho de que un drogadicto, un vago total o un pervertido baboso creen una obra maestra. Como si fuera un accidente.

Algún idiota que no tiene miedo de decir qué es lo que ama.

—Platón —dice Peter, y gira la cabeza para soltar un salivazo verde entre las hierbas—. Platón dijo: «Aquel que se acerque al templo de las Musas sin inspiración, creyendo que la mera técnica basta, será siempre un ladrón y su poesía será eclipsada por los cantos de los maníacos».

Chuk Palahniuk

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