Una huella en la arena de Cancún


Hecha por banqueros
El proyecto se dio hace treinta años. Hasta entonces la insignia turística de México era Acapulco, en el Estado de Guerrero, y representaba un excelente negocio. Por eso, a un grupo de banqueros les pareció coherente financiar el proyecto de dos arquitectos para fundar otra ciudad donde  explotar el turismo. Los ingenieros que investigaron por un lugar ideal en la Riviera Maya escogieron, entre otros puntos, la zona de Cancún, en el estado de Quintana Roo. Era un lugar privilegiado para el proyecto, sobre todo tras descubrir los afluentes subterráneos de la zona. 

Treinta años después, como solo puede permitirlo un acto de magia de millones de dólares, y la protección de una base gringa en Isla Mujeres, hoy en día Cancún satisface el turismo de todos los géneros: desde el arqueológico, natural e histórico, hasta la diversión de rumba y suerte tipo las Vegas. Y aún en sus sectores populares, lo que no han podido conseguir otras ciudades con siglos encima, se respira orden, amabilidad y dedicación.


Wild On Cancún

La vi de espaldas, llevaba un vestido ceñido y negro, sostenía una rosa blanca en la mano.
- ¿Do you speak english o hablas español?
- Eu parlo portugués, pero también hablo um poco español –me contestó.

Perder un poco de dinero estaba estipulado. Y tras visitar casinos como el Playboy o el Dubay, que no alcanzan el margen de lujo de grandes casinos Europeos como el Monte-Carlo, pasé a la zona de clubes. Con el pago de US 50 te colocan una manilla fosforescente de freepass por las discotecas y te regalan una botella de vodka. Pero no puedes tomártela. La idea es que deslices el licor desde el pico de botella a la boca de las chicas que pasen por tu lado. Ellas no se abstienen. Las chicas buenas van al cielo; las malas, a Cancún. Es el lema adecuado con que el programa gringo de fiestas salvajes, Wild On, concluyó su visita a Cancún.

El Coco Bongo, Mandala, XX y los bares abiertos con concursos de bikini como enganche comercial, me sonaron más. Las putas entraban sin afectación a los lugares: la mayoría eran gringas o suecas, curiosamente. Corrí con la mala suerte de engancharme a una árbitro, que solo dejaba ver un pedazo de entrepierna entre la minifalda y las medias veladas que imitaban a las de fútbol.  Dos franjas rojas sobre blanco, en ese límite sensual del muslo. Le acepté un trago (error de novato) y formó un escándalo con el pito. Me sacudió por las mejillas el licor en mi boca, y luego me manoseó de arriba abajo. La gente alrededor lo celebraba. Lo que no sabía era que la nena está contratada para repetirte la dosis de pito y licor, con corrillo a su favor, hasta mandarte a la lona. Tras seis shots de tequila Jimador en menos de cinco minutos, pude escaparme y dejarle a otro cordero en mi lugar y salí del lugar. 
En la calle, desde donde se escuchaba todavía la electrónica y se veían los movimientos atrevidos de bailarinas en cacheteros y pequeñas blusitas, sobre mesas con un chorro de luz vertical en lo alto, busqué con urgencia un cigarro, para calmarme un poco. Olvidé que los meseros podían conseguirte desde chíclets hasta GHB. Entonces la vi. 

- ¿Me puedes vender un cigarrillo?
- Meu amigo, eu so do Río de Janeiro, y nosotras las mujeres de Río, somos muito generosas. Generosas con cigarrillos, generosas de curvas, generosas de popo –giró para mostrarme la agresiva curva de su trasero, y me sonrió con tal picardía que se me quitó la bobada de querer sentirme muy borracho. 
- ¿Esperas a tu novio? Lo digo porque la rosa debió entregártela algún galán. 
- ¿Esta rosa? No, un tipo me la ha dado. ¿Me la ha dado, se dice?
- Sí.
- Me la ha dado cuando vine afuera, pero yo no tengo novio. Yo he venío con meu amigo. Toma, dentro está la candela –me ofreció una cajetilla de Marlboro Gold, que según el lugar del mundo donde estés, cambia de sabor. En Colombia es donde es más suave. Diciéndole esto comenzamos a conversar y tras un rato agradable le dije:
- Entonces, vamos a bailar. 
- ¡Vamus a mover el esqueleto, meu amigo! –me tomó de la mano y me ingresó a los múltiples colores de la pista.


El crecimiento de Cancún

En menos de año y medio la cadena de Hoteles Ríu ha construido tres sedes más aparte del Ríu Palace, donde Jennifer López se alojó cuando empezó su carrera verdaderamente, es decir, cuando dejó a Puff Daddy. ¿La razón de las construcciones aceleradas que se ven en toda la ciudad? El Dragon Mart. Es decir, el mercado que le dio vida y apogeo a la ciudad de Dubay, al brindar un espacio para entablar relaciones comerciales entre los chinos, europeos y árabes. 

5.6 kilómetros cuadrados es el terreno que ocupará el Dragon Mart. Con esto Cancún le ha apostado a convertirse en la Dubay de América. Y con el punteo económico Brasilero, no es raro encontrar ejecutivas brasileras en todos los lugares. Como la que encontré en Mandala. Se encuentran inversionistas de todo el mundo, comprando terrenos, estableciendo contactos, antes de que los precios suban y la competencia se haga salvaje. Son 200 millones de dólares la inversión China y más de tres mil locales comerciales. 
Quizá después de esto, la laguna alrededor de la cual está construida la zona hotelera de Cancún ya no lleve dos nombres, Nichupte-Bojórquez. El primero indígena y el otro del Don Alberto Bojórquez, quien convenció al presidente Luis Echeverría de continuar el proyecto de Cancún cuando lo había declarado no viable. Quizá después de la irrupción china la laguna tome el nombre de: Bojórquez-Tse-Tung.


Más bello en televisión

Dos adolescentes portugueses que vivían un amor prohibido por sus padres rompieron sus alcancías y una noche se dieron a la fuga en bus. Visitarían el mar por primera vez y de paso castigarían a sus padres. Cuando llegaron a la costa, vieron el mediterráneo y el azul del amanecer les inundó los ojos. Tiraron sus prendas sobre la arena durante la carrera hasta el mar idílico y un minuto después salieron del agua, con frío y el sabor del mar en la boca. Ese mismo día llamaron a sus padres, que habían alertado ya todos los medios de la región, por eso la prensa llegó primero hasta los adolescentes. La fuga de estos adolescentes ya se había teñido de tintes románticos y ensoñadores. Los periodistas  preguntaron cómo les había parecido el mar, ellos contestaron: nos pareció más bello en televisión. 

La pirámide de Chichen Itzá, a la que ya no dejan subir desde que fue declarada nueva maravilla del mundo, me pareció imponente a primera vista. Pero solo tras espantar los zancudos de piel naranja y cabello negro que ofrecen toda serie de artículos supuestamente mayas y los negocian con habilidad judía, tuve al fin diez minutos de contemplación tranquila para observarla y dejó de parecerme la gran cosa. 
Creo que sólo por la historia que atestigua, podía resignificar todas las ruinas que allí encontraba. Resultó temporalmente atractivo el sonido del Quetzalcóatl. Para escucharlo es necesario que te ubiques frente a las gradas de la pirámide, aplaudas y a cambio te devuelve un sonido que asemeja al de una gaviota con sordina, imposible de escuchar sino estás de frente a la pirámide. ¡Ingeniería de sonido en pro de la mística! Monumental. Pero tras un rato, esa galería comercial de alrededor te sigue conectando a la dinámica moderna de comercio agresivo e invasivo. Será por eso que, como a los adolescentes portugueses, a quienes el mar les pareció frío y salado y les tumbó la magia, a mí la pirámide me pareció, junto al aro del juego de pelota, el teatro, el observatorio y los guerreros, tan sólo un arte histórico insuflado, unas ruinas bellas e insípidas erigidas de historia. 


El narcotráfico desde Cancún

Compré un arrume de periódicos regionales, locales y otros nacionales. Si bien el periodismo televisivo mexicano me ha parecido desde siempre un chiste, el escrito, por lo que leí, tampoco dista mucho de una mala broma.

La preocupación por los pollos “recién muertos” (SIC) en el mercado, por las “prácticas sexuales ilegales de los adolescentes”, por las luchas sindicales y los eventos sociales, relegaba a unas pocas líneas el proyecto de Ley que propone que los narcotraficantes fueran únicamente procesados por porte de estupefacientes y no por concierto para delinquir, para así lograr la colaboración en el desmantelamiento de las bandas. Curiosa contradicción. Establezcamos que no se reúnen en bandas y de ese modo desarticulamos las bandas a las que pertenecen… ah sí, y de paso obtienen menos años de cárcel. A página seguida se hablaba de la construcción del Hard Rock Hotel, de las estrellas de rock que visitaron recientemente la zona hotelera y los próximos conciertos y presentaciones, desde Forever Tango hasta Alejandro Sanz. 


El parque Maya

Los mejores tacos los encontré en las plazas de la zona popular de Cancún, donde residen y comen los trabajadores de los hoteles y la verdadera población. Allí noté la aindiada belleza de las mexicanas, que son, por lo menos las de Quintana Roo y las del DF, bastante parlanchinas. Tras veinte minutos de conversación es muy fácil terminar hablando cantadito, cuate. 

El espectáculo (repito, espectáculo) representativo de la cultura Mexica que tiene lugar en el colosal teatro Gran Tlachco del parque Xcaret es admirable. Recomendado. Así como el mar azul claro y cristalino de Playa del Carmen y la zona siete de Cancún. Aunque, he de decir, que me quedo con los ríos subterráneos y su calma oscura, su misterio bajo rocas milenarias. Y claro, con las brasileras, especialmente las de Río, que son tan generosas.

Bonus: El Parque Xcaret cierra sus localidades a la hora que abre su teatro para el espectáculo principal: 7pm. Yo perdí la noción del tiempo cuando me dediqué a contemplar el juego de dioses entre un par de jaguares. Uno negro y el otro pardo. El silencio de la zona me despabiló y tomé el sendero del pueblo Maya, del cual nos habían explicado que residía dentro del parque, conservando su cultura. En esas me topé con un cuarteto de sus integrantes, de overol azul y botas, hablando español cantado, mano, y escupiendo como cualquier paleta o camellador de andamio. El colorido uniforme maya de trabajo, lo llevaban bajo el brazo. Las casas del supuesto pueblo Maya: vacías. Así son las cosas, mi cuate, un Disney Maya, una cáscara cultural para el entretenimiento: allá tú si te crees el cuento. 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Que bueno leer algo interesante con un poco de historia. Felicitaciones por este blog y por compartir un poco de tus escritos y experiencias.

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